Si bien puedes adelgazar realizando sólo una dieta alimenticia, la actividad física potenciará tu programa además de brindarte una serie de beneficios, que no te los dará el plan de descenso de peso por sí solo.
Entre los beneficios se encuentran: descenso de la frecuencia cardíaca en reposo, disminución de la tensión arterial, aumento del consumo máximo de oxígeno, incremento de la masa muscular, aumento del metabolismo basal, disminución del tejido adiposo y muchos otros más que no vienen al caso nombrar.
Lo que realmente importa es que la actividad física disminuye efectivamente el tejido graso corporal.
¿Por que se produce este fenómeno?
Porque el ejercicio físico utiliza a los alimentos ingeridos como combustible para producir actividad muscular. Y por tanto a más ejercicio, más cantidad de combustible utilizado, por tanto más calorías consumidas, que se traduce en un descenso de la reserva de grasa del organismo.
Existen innumerables formas de actividad física por lo que es imposible nombrarlas a todas. Sin embargo, se pueden clasificar muy básicamente en aquellas que predomina:
Cada grupo de actividades tendrán diferentes respuestas al ejercicio.
Si estas siguiendo un plan de descenso de peso, la actividad más adecuada para que realices es la aeróbica (predominancia de la resistencia) porque es un ejercicio que lo puedes hacer durante un tiempo prolongado, a una baja o mediana intensidad, que te permite no fatigarte tan rápidamente además de poseer bajo riesgo de lesión.
De todos modos cualquier actividad física que se realice en forma sistemática durante al menos tres semanas producirá efectos en el cuerpo que siemprer serán beneficiosos. Está en tí elegir la forma de ejercicio que más te gusta.
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